Una sesión de recién nacida es una experiencia increíble. Es curioso sentir más nervios ante una modelo que no se va a quejar mucho si no es porque tiene hambre o quiere que la cambien :-P También es una sensación extraña darse cuenta que no puedes dejar de sonreír detrás de la cámara mientras estás haciendo las fotos.
Esta pequeñina de tan sólo 18 días estuvo muy tranquila y durmiendo durante la totalidad de la sesión. Tan sólo se despertó al final, con lo que pudimos hacer un par de cambios de vestuario y varias poses.
Os presento una selección muy reducida de todas las fotos que hicimos ese día.