Estar en medio de la naturaleza es algo que me gusta. Desconectar del ruido de coches y motos. De vecinos con la música a tope. De contaminación y prisas.
Verde. Silencio. Aire. Campos. Trigo. Cebada. Amapolas.
Natalia y Miguel Ángel lo tenían claro para las fotos de su preboda. Querían hacerlas en los campos de su familia. En la Segarra. Naturaleza pura. A pesar de que hacía un poco de fresquito aún, lo pasamos muy bien y pudimos crear un recuerdo bonito para ellos, un recuerdo para toda la vida.
Como por ejemplo, que el coche se llenó de caracoles mientras íbamos de un campo a otro y estuvieron descubriendo caracoles durante bastante tiempo. Que les hacía ilusión que el coche formara parte de sus fotos en esta sesión de preboda. Que había un árbol precioso en el que iniciamos el reportaje. Que después, para terminar el reportaje, fuimos a Montfalcó Murallat, una construcción del siglo XI aproximadamente y está declarada bien cultural de interés nacional. Allí nos perdimos en sus callejones adoquinados y nos pareció entrar a otra dimensión en el tiempo. Desde allí vimos la puesta de sol ya con las chaquetas bien puestas, pues el viento soplaba de lo lindo. Las vistas y las fotos que obtuvimos, valieron la pena, sin duda.
Si bien es cierto que ya hace un tiempo de este día, he decidido compartirlas ahora. Después de unos momentos que han sido muy duros para todos, es buena hora para recordar los días bonitos y alegres, los días de campo y fresco. Los días de verde. Los días de primavera. Que ya la tenemos aquí, otro año más.
Verde. Silencio. Aire. Campos. Trigo. Cebada. Amapolas.
Natalia y Miguel Ángel lo tenían claro para las fotos de su preboda. Querían hacerlas en los campos de su familia. En la Segarra. Naturaleza pura. A pesar de que hacía un poco de fresquito aún, lo pasamos muy bien y pudimos crear un recuerdo bonito para ellos, un recuerdo para toda la vida.
Como por ejemplo, que el coche se llenó de caracoles mientras íbamos de un campo a otro y estuvieron descubriendo caracoles durante bastante tiempo. Que les hacía ilusión que el coche formara parte de sus fotos en esta sesión de preboda. Que había un árbol precioso en el que iniciamos el reportaje. Que después, para terminar el reportaje, fuimos a Montfalcó Murallat, una construcción del siglo XI aproximadamente y está declarada bien cultural de interés nacional. Allí nos perdimos en sus callejones adoquinados y nos pareció entrar a otra dimensión en el tiempo. Desde allí vimos la puesta de sol ya con las chaquetas bien puestas, pues el viento soplaba de lo lindo. Las vistas y las fotos que obtuvimos, valieron la pena, sin duda.
Si bien es cierto que ya hace un tiempo de este día, he decidido compartirlas ahora. Después de unos momentos que han sido muy duros para todos, es buena hora para recordar los días bonitos y alegres, los días de campo y fresco. Los días de verde. Los días de primavera. Que ya la tenemos aquí, otro año más.