Este post es la continuación del primero acerca de mi paseo al Maestrazgo aragonés.
Tras pasar por Molinos y luego por Castellote, nuestro nuevo destino fue el precioso pueblo de Mirambel, que limita por el norte con la provincia de Castellón.
Es difícil no sentirse seducido por las calles medievales y las puertas que evocan épocas pasadas. También es difícil no disfrutar de sus paisajes y vistas, dado que el pueblo se sitúa al pie de la montaña de San Cristóbal. No en vano el nombre Mirambel se compone de la palabra latina “miror”, admirar, y del catalán “bell”, bello: es decir, mirada bella.
Hay que destacar el Portal de las Monjas Agustinas, primera foto de este post, y el perfecto estado de las murallas que rodean totalmente la villa (en parte ocultas por su integración en las casas). En la última foto de Mirambel se observa una parte del pueblo y, centrada, la Iglesia de Santa Margarita.
La siguiente parada en la ruta fue Cantavieja, capital administrativa de la comarca del Maestrazgo. Su enclave en un paisaje abrupto con grandes barrancos proporciona unas vistas increíbles, lo que explica que la mayor parte de las 9 fotografías de este pueblo sean panorámicas de paisajes. Mi preferida es la que muestra un rayo de sol en la parte izquierda, filtrándose entre las nubes que ocultaban el cielo azul ese día… ¡5 estrellas!
Son visitas imprescindibles la Iglesia de San Miguel, la última fotografía de este pueblo y la Plaza de Cristo Rey (también conocida como Plaza Mayor Porticada), así como el mirador de El Portillo para disfrutar de las vistas que comentaba antes.
Las últimas tres fotografías son del monumento natural de los Órganos de Montoro, una preciosa estructura rocosa. Su casi perfecta verticalidad contrasta con el frondoso paisaje de su alrededor, lo que permite “entrever” una forma similar a los tubos de un órgano, formados por la erosión continuada de la roca. Como curiosidad, comentar que hay abundantes buitres leonados por la zona aunque no pude ver a ninguno…
Pocas veces me decido a hacer imágenes compuestas que abarquen un alto rango dinámico o HDR (cuyas siglas son: High Dynamic Range). Puesto que estas fotografías requieren de varias capturas con diferentes valores de exposición (determinadas cámaras ofrecen ya la posibilidad de establecer ellas mismas esos valores en un sólo paso, facilitando así la captura), es recomendable hacerlas con un trípode. En este punto del viaje no disponía de uno, así que tomé las tres fotografías a pulso. El resultado (la última foto de este post) creo que ha sido bastante bueno teniendo este aspecto en cuenta. Para la composición y edición, que he intentado hacer de manera no muy exagerada, he seguido las instrucciones de photoshopeando.com, donde se explica de forma muy sencilla cómo utilizar de forma combinada Lightroom y Photoshop para obtener este tipo de fotografías.
¡Espero que te hayan gustado las fotos y los detalles que he explicado de esta escapada!